Se cuentan por cientos, por miles. Es difícil conseguir una comunidad donde no encontremos uno o varios de ellos. Guardianes celosos de la cultura urbana y rural de nuestra gente, de nuestros pueblos, de personajes que ya se pierden de nuestros recuerdos o nunca conocimos.
A través de una tradición que se trasmite, oralmente, de encuentro en encuentro, de boca en boca, y a veces “entre palos” y domino mantienen viva la historia y vivencias de lo que desapareció o esta pronto a desaparecer. Son conocidos en estos tiempos como “cultores populares”.
Cuentos, historias, memorias y anécdotas, canciones, bailes, tradiciones que difícilmente se encuentran registradas en libros de textos alguno son parte de sus más preciados tesoros. Es una misión natural en sus vidas.
Conversar con estos guardianes del recuerdo es un encuentro con lo nuestro desde sus raíces y nos hace entender aun mas que nuestra cultura sigue siendo de bases, de barrio, de pueblo llano y de a pie y que esta por todos lados, en nuestras plazas y callejones ya sean urbanos o rurales, en las esquinas, en los conucos o caseríos, en nuestros cementerios y bares y burdeles o en casa donde la abuela. Ahora la pregunta es ¿Quién reivindica su trabajo? Es una insistencia indoblegable de espíritu lo que impulsa y mantiene a estos cultores de nuestras vidas. Su obra no tiene precio ¿o si?
El hombre en su afán de parecer “culto” bajo la línea convencional, la dictada y estructurada por los colonialistas preceptos que nos joden y jodieron la vida, trata vehementemente de atrapar bajo el manto del lujo lo que es cultura. Majestuosos edificios mantenidos por las “momias elitescas de nuestra sociedad” son levantados en torno a estas impuestas normas de lo que tiene que ser considerado cultura. Yo me pregunto ¿se le consulto a Reverón si quería que sus obras se cotizaran en millones en los mausoleos espacios de la rancia y alta burguesía? Lo de la obra de Reverón fue un saqueo mas de estos seres que han expropiados a los pueblos de sus verdaderas raíces culturales. Reverón de seguro ya miraba con asco el mercantilismo burgués de la “Cultura Venezolana” de sus tiempos y por eso decidió crear su propio ambiente, iniciando un tipo de vida primitiva, aislado cada vez más del exterior. A su muerte empezó el saqueo.
Por eso aunque me choca el nombre de “cultores populares” para mis camaradas que han dedicado su vida a mantener viva nuestras memorias urbanas y rurales reivindico hoy aquí su trabajo bajo esa figura. Son nuestros “Reverones”
martes, 15 de mayo de 2007
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