viernes, 8 de junio de 2007

Elma Beatriz vino a Caracas a rendirle tributo a Filiberto Ojeda

*Estuvo en la Emisora Libre Al Son del 23 y conversó brevemente con nuestros reporteros.

Fotos: Bangesy Carrasquillo

La mujer que acompañó en su vida y en sus luchas al líder independentista Filiberto Ojeda Ríos, asesinado en septiembre de 2005 por fuerzas especiales del FBI, estuvo en Caracas con motivo de la revelación de un busto en la avenida Bolívar. La actividad fue organizada por la alcaldía del municipio Libertador y por Fundarte. En una escapada del rigor de su agenda, estuvo en el 23 de Enero, específicamente en la Casa de Encuentro Bolivariana Freddy Parra y en la emisora Al Son del 23. A continuación parte de la entrevista que se le realizó en el programa Periodista y Medio.

-¿En qué momento de su vida despertó su conciencia independentista, su incorporación a la lucha por la independencia?
-Hasta los años 80 yo era una persona, vamos a decirlo así, “normal”, apolítica. Lo que veía en la política me decepcionaba. Luego, a raíz de mi incorporación a las luchas ambientales, tuve contacto con el sacrificio de mucha gente. Mi formación era en el campo de las ciencias, y hubo un momento en que comencé a sentir humanidad, cosa que no había sentido hasta entonces.

-¿En qué año conoce a Filiberto Ojeda?
-Yo comienzo a incorporarme a la lucha por los presos políticos. En ese ámbito, en el año 88, surge la necesidad de prestar ayuda técnica para la defensa de Filiberto, a quien iban a enjuiciar en Puerto Rico al año siguiente. Nos conocimos por las cartas que nos escribíamos mientras él estaba encarcelado en Estados Unidos. Al fin, cuando llegó a la isla en el 89, pudimos conocernos personalmente.

-¿Qué recuerda del momento terrible del asedio final por parte del escuadrón del FBI?
-En el momento en que ellos asechan y disparan sobre la casa, ya sabíamos cuál iba a ser el final. Yo lo sabía. Ya habíamos conversado antes sobre eso; él sabía que si llegaban donde él lo iban a asesinar. “Dile a los compañeros que pa’lante. Pa’lante siempre”.

-Supongo que desde el principio de su relación entendieron que no iban a poder llevar jamás la vida de una pareja normal, de esas que se adaptan a la sociedad y no son perseguidas por nadie. ¿Es posible enamorarse en esas condiciones?
-Absolutamente. Antes, cuando lo veía por televisión, bastaba que le mirara a los ojos para darme cuenta de que ese hombre decía la verdad. Su presencia me hizo asumir la lucha como un compromiso. Luego, meses después de haberlo conocido en persona, nos enamoramos. Cuando se quitó el grillete electrónico que controlaba sus movimientos, y debió irse al clandestinaje, fue una temporada de rigurosidad, de muchos sacrificios, donde no hay comodidades. Pero eso es soportable para el que tiene el amor inequívoco de otra persona para compartirlo a partes iguales, y eso lo tuvimos. Fuimos felices. No importa el sufrimiento. Ni el FBI ni el imperio pudieron contra eso. Una vez le dije a Filiberto: “Te entrego mi corazón y mi vida”. Su respuesta fue automática, no tardó ni un segundo en responderme: “Yo te entrego mi corazón, porque mi vida es para la patria”.

-Elma, en el 23 de Enero hay una hermosa leyenda: se dice que Filiberto Ojeda estuvo aquí meses antes de morir asesinado. Por favor, díganos que eso es verdad, aunque no lo sea…
-No me consta, no puedo afirmarlo. Hay un mural que me mostraron, en el cual hay unos trazos parecidos a los de él. Pero no puedo afirmarlo, lo siento…

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El machetero heroico

Filiberto Ojeda nació el 26 de abril de 1933 en Naguabo, Puerto Rico. En 1961 instala residencia en la isla de Cuba, donde se incorpora como voluntario a la defensa de la Revolución Cubana. Es fama que entonces le dio algunas clases de trompeta al universalmente famoso Arturo Sandoval. Ojeda Ríos también formó parte de la orquesta de salsa La Sonora Ponceña.
En 1967 funda y dirige el Movimiento Independentista Revolucionario Armado. En 1977, el nombre del FALN es cambiado al de Ejército Popular Boricua, mejor conocido como "Los Macheteros".

El 12 de septiembre de 1983, los Macheteros expropian aproximadamente siete millones de dólares al asaltar un camión de la compañía de transporte de valores Wells Fargo. Ojeda fue arrestado al final de la década de los 1980. El Gobierno Federal lo liberó condicionalmente, y le impuso el uso de un grillete electrónico que controlaba sus movimientos.

El 23 de septiembre de 1990, fecha en que Puerto Rico conmemora el Grito de Lares (1868) el grito de nacionalidad y de independencia de España, Ojeda se despojó del humillante grillete y lo llevó a una emisora de radio con una proclama, y comenzó a vivir en la clandestinidad. Exactamente quince años después, el 23 de septiembre de 2005, el FBI lo cercó en su residencia, ubicada en el pueblo de Hormigueros. Elma Beatriz Rosado lo acompañó durante las primeras horas del asedio. Luego de un innecesariamente grande despliegue policial, un absurdo intercambio de disparos que duró más de 24 horas (era un anciano de 72 años contra casi 300 agentes élite) y la brutal captura de Beatriz, los agentes entraron a la casa y encontraron muerto a este hombre, símbolo y ejemplo de la lucha de los pueblos.

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